El Plan Estatal Marco de Residuos, ¿oportunidad o amenaza?

 
 
30 de julio de 2015

     

 
 

La Directiva Marco de Residuos tiene como objetivos prioritarios la prevención y el reciclado de los mismos y este nuevo PEMAR (2015-2020) debe nacer como instrumento eficaz al servicio de una sociedad eficiente en el uso de los recursos, que ayude a transformar la economía actual lineal en una economía circular basada en el aprovechamiento de los recursos, reduciendo los productos que no se puedan compostar, reutilizar o reciclar y recuperando de forma eficiente y con alta calidad aquellos que pueden volver a los ciclos productivos.

El PEMAR es el instrumento del que se dota el Estado para potenciar la prevención y el reciclado de residuos en los próximos seis años, fija los objetivos de reutilización y reciclado, y debería establecer los medios precisos y adecuados para conseguirlos. La relevancia del PEMAR y sus repercusiones –positivas o negativas –para los sectores directamente implicados en la recuperación y reciclado de los residuos, hace urgente examinarlo y criticarlo con espíritu constructivo.

Así, desde Recircula hemos analizado el borrador colgado en la web del MAGRAMA bajo el prisma de la Economía Circular, para evaluar si este Plan es una herra- mienta válida para dar un giro a la situación actual de los residuos municipales, que en la actualidad se sentencian en un 70% a vertedero e incineración. Que realmente se fomente la prevención y la reutilización y que aumente la cantidad y mejore calidad de los materiales que se recuperen para el reciclaje dependerá en gran medida de la redacción de este documento.

Punto de partida, primer dilema

En materia de objetivos, los Apartados 6 y 7 del Plan se refieren a los residuos domésticos y comerciales, tratándose los objetivos particulares para los envases en el Apartado 7. Es aquí donde empiezan las dudas,  ya que las estimaciones de incremento parten de una realidad no cierta al no existir una información lo suficientemente objetiva ni lo suficientemente detallada de la gestión de los residuos de envases domésticos. El actual sistema carece de trazabilidad, para ello sería necesario más información y mecanismos de control y evaluación externos de los actuales sistemas integrados de gestión.

Los porcentajes de reciclaje de los envases domésticos pueden ser incorrectos o estar sesgados al alza, por un lado, al tiempo que no se sabe a ciencia cierta los envases que actualmente se ponen en el mercado. Esto se reconoce en el propio Plan, que en el Apartado 6.5.4 establece la necesidad de disponer de Registros y de información para poder evaluar la eficiencia de los sistemas de gestión implantados, pero no se concreta en nada la referida medida. Desde nuestro punto de vista, solo se puede garantizar la trazabilidad con instrumentos concretos y eficaces, no con meras declaraciones.

Incremento de los objetivos de reciclaje, segunda incertidumbre

El Plan prevé en su Apartado 7 un objetivo total del 70% de reciclaje, que significa un salto significativo sobre el 20% actual. Sin embargo, los objetivos por materiales para el 2020 en comparación con los porcentajes de reciclado del año 2012 representan un mínimo incremento en metal, plástico y vidrio. Es decir, prácticamente los objetivos para el 2020 estarían cumplidos ya, lo que es discutible ya que en el año 2012, según señalan muchas organizaciones, solo el 15,4% del total de los residuos fue recogido selectivamente, más de 11.000 millones de envases bebidas no fueron recogidos selectivamente, el contenido en impropios de los contenedores de envases ligeros se sitúa entorno del 23%, el material suministrado por el sistema a los recicladores tiene una media de impropios y materia orgánica que alcanza aproximadamente el 40% del peso del material.

Estas incongruencias deben ser subsanadas con una serie de medidas concretas. Si un Plan omite el medio para alcanzar un objetivo, difícilmente tendrá virtualidad alguna. Por otra parte, el Plan señala unos mínimos objetivos de cumplimiento con los que no responde a los valores de salvaguarda y protección del medio ambiente que demanda la sociedad, que deberían inspirar todo el documento y ser el objetivo último del mismo. Por ejemplo, señala un objetivo del 40% de reciclaje para envases de plástico,  sin especificar tipos ni materiales, cuando en algunos de ellos es posible conseguir un 100% de recuperación sin coste ni para la Administración ni para los administrados.

Falta de medidas concretas, la tercera carencia

El Plan reconoce la necesidad de actuar, y en el Apartado 6.5.6 señala que se deben completar los sistemas de recogida existentes con nuevos sistemas y nuevos instrumentos de trazabilidad. Sin embargo, de nuevo, ni se detallan los nuevos sistemas, ni se establecen medidas correctoras concretas, ni se señala quién debe implementarlas.

Sólo con sistemas compatibles con la reutilización, que mejoren la recogida separada en origen, reduciendo al máximo los impropios y aumentando la calidad del material, podemos llegar a los objetivos europeos de preparación para la reutilización y reciclaje. Los países con mayores índices de recogida separada y de reciclaje lo han conseguido con la compatibilidad de distintos sistemas que conviven a la perfección. Sin embargo, el Plan no menciona ni especifica sistemas como el SDDR, que conlleva una máxima transparencia en la trazabilidad de los flujos de envases, que en todos los países donde lo tienen implantado han tenido un aumento directo de los índices de recuperación de envases de bebida que alcanza el 98.5% con una excelente calidad del material.

Periodo de información pública, una oportunidad de mejora

En lo relativo a la tramitación del PEMAR, una vez superado el trámite de Evaluación Ambiental Estratégica, el Ministerio someterá la versión del PEMAR a un periodo de información pública de 45 días hábiles, que permitirá la participación de los sectores, de las organizaciones y de los ciudadanos en general. Este trámite de información pública se prevé para los meses de junio y julio.

La aprobación definitiva del PEMAR se anuncia para esta legislatura y tendrá una vigencia de seis años. Durante el periodo de información pública puede adoptar mejoras que lo conviertan en un buen Plan para la sociedad y los sectores involucrados. En este sentido, planteamos una última cuestión, ¿por qué aprobar precipitadamente este Plan, cuando sabemos que en el mes de octubre la UE revisará el Paquete de Medidas de la Economía Circular?

Nos consta que son muchos los agentes sociales y económicos que están preparando alegaciones al PEMAR. Consideramos fundamental que otras asociaciones de recuperadores, recicladores y otros agentes económicos afectados, realicen su propio análisis del Plan y hagan sus correspondientes alegaciones en el cauce de audiencia pública para lograr, entre todos, trasformar la amenaza que supone el borrador en un nuevo Plan mejorado que brinde nuevas oportunidades al sector y a la sociedad en su conjunto.